Recibieron al secretario ejecutivo del Consejo la asistente de la presidenta, Elizabeth Torres, y Gastón Solari Yrigoyen, responsable de Relaciones Institucionales. Conversaron sobre la tarea de la institución en el barrio y acerca de cómo extender la vida nocturna de La Boca, perjudicada por la inseguridad.
Proa es una fundación privada especializada en arte contemporáneo que cuenta con el apoyo de la Organización Techint. Desde su creación, cada año realiza exhibiciones temporarias, organiza seminarios, cursos y conferencias centrada en la difusión de los grandes movimientos artísticos del siglo XX y XXI; en el espacio también se realizan conciertos.
Este lunes se realizó la primera jornada del año del programa “CESBA en los barrios” en la Comuna 4 y el secretario ejecutivo, Rodrigo Herrera Bravo, se acercó a la institución para presentar al Consejo y conocer la tarea de esta institución ubicada en Avenida Pedro de Mendoza 1929.
En el lugar, la asistente de la presidenta, Elizabeth Torres, y Gastón Solari Yrigoyen, responsable de Relaciones Institucionales, conversaron con Herrera Bravo sobre diversos temas y acerca de los programas de educación que desarrollan desde sus comienzos. Fundación Proa colabora con la comunidad de La Boca integrando las actividades de la institución con las escuelas y entidades educativas de la zona.
A causa de la falta de seguridad en la zona, los comercios suelen cerrar entre las 18 y las 19. Proa trabaja en el desarrollo urbano del barrio y, para extender su vida nocturna, Solari Yrigoyen propone crear un sistema de combis que, desde diferentes puntos de la Ciudad, traigan a los turistas o a todos aquellos que quieran acercarse a disfrutar de la actividad de La Boca en horario nocturno. En este sentido, Torres comentó que ya realizaron una prueba piloto con empresas como Mercedes Benz, que venían desde Puerto Madero, y fue “una experiencia muy positiva”.
Herrera Bravo se mostró interesado por la iniciativa y les comentó a los representantes de la Fundación su interés de que se ordene mejor la cuestión de los espectáculos de música en vivo en la Ciudad. “Con el estigma de la tragedia de Cromañón, un chico toca la guitarra afuera de un bar y, como el lugar no está habilitado, lo clausuran. Tenemos que contemplar diferentes tipos de situaciones”, señaló.
