El CESBA visitó el Centro de Ayuda Cristiana

El secretario ejecutivo del Consejo, Rodrigo Herrera Bravo, se acercó a esta institución evangélica, ubicada en la Comuna 10, que forma parte del Movimiento Cristiano Misionero. Lo recibió el pastor Eduardo Sorensen.

El Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires volvió a visitar la Comuna 10. Lo hizo, nuevamente, en el marco de su programa “CESBA en los Barrios”. Por medio del mismo, el organismo que conduce Matías Tombolini recorre las diferentes instituciones culturales, sociales, deportivas y religiosas del distrito porteño para enterarse de sus inquietudes y dar a conocer su propia actividad.

Este martes, a las 14, el secretario ejecutivo del CESBA, Rodrigo Herrera Bravo, mantuvo un encuentro con en el pastor Eduardo Sorensen, a cargo del Centro de Ayuda Cristiana, ubicado en Avellaneda 4073. Lo acompañó Leandro Pérez Lerea, de la Gerencia de Relaciones Institucionales del Consejo.

El Centro de Ayuda Cristiana integra el Movimiento Cristiano Misionero, una organización nacida en la Argentina hace 65 años y con extensión a otros países, que, a su vez, forma parte de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA).

Al inicio del encuentro, realizado en la sede del Centro de Ayuda Cristiana, Herrera Bravo explicó la función del CESBA, su composición y su potestad para presentar proyectos de ley en la Legislatura porteña y hacer recomendaciones al Poder Ejecutivo de la Ciudad. También afirmó que el Consejo Económico y Social tiene las puertas abiertas ante cualquier inquietud que, como organismo, competa a sus funciones. 

Por su parte, Sorensen detalló las acciones sociales que, además de la práctica evangelizadora, realiza el Centro de Ayuda Cristiana: servicios de capellanes en hospitales, grupos de asistencia a indigentes y a mujeres que ejercen la prostitución y quieren dejar de hacerlo, apoyo a extranjeros que buscan un lugar para vivir, comedores y otros trabajos en villas, y misiones con donación de alimentos (fueron al impenetrable chaqueño y a otros lugares en los que hay altos niveles de pobreza o en los que se registró alguna catástrofe climática, como Tucumán), entre otras. “Las donaciones las entregamos nosotros mismos casa por casa, para evitar que se pierdan”, destacó el pastor. Además, el centro se encuentra inscripto en el registro de instituciones en las que los condenados a una probation pueden realizar sus tareas comunitarias.

Sorensen manifestó, además, que el Centro de Ayuda Cristiana evita recibir aportes del Estado o de la política porque muchas veces “se piden cosas a cambio, como conseguir votos o sobrefacturar los montos, y eso es corrupción”.

Otra inquietud que resaltó fue que la institución tiene paralizada la refacción de su fachada y la construcción de un salón multiusos dedicado a los jóvenes, debido a que hace más de tres años no puede obtener la aprobación de los planos de parte del Gobierno porteño.